¿Por qué no? Dicen que, cuando ayudas a alguien, le estás dando parte de tu tiempo. De todas formas, quizá hay maneras más literales de darlo, como cuando los médicos, enfermeros, bomberos, etc., salvan a personas de la muerte. Ahí se da, generalmente, mucho menos tiempo del que reciben esas personas que, de no ser por la ayuda, no seguirían vivas.
Mañana me voy a casa de mi abuelita, pero me voy a llevar el portátil, así que seguramente podré escribir allí para contaros cómo han ido los villancicos y el día en general.
Sigo con el viaje. Llegamos al patio de los naranjos, y la guía nos fue llevando por las distintas zonas de la mezquita, en orden cronológico, explicando lo que ocurrió en esos siglos. La visita guiada estuvo bastante mejor que la de la exposición de la Antártida. Nos dejaron hacer fotos. Después fuimos a una plaza. No dejaba de llover, y yo me iba cobijando bajo los paraguas de la gente. Allí nos dejaron libres, y me fui con cuatro chicas, ya que una de ellas es con la que más hablo últimamente, y otra está en el grupo con el que suelo ir en los recreos. Dudaba entre ir con ellas o con algunos de mi grupo habitual, pero suelo perderme en sus conversaciones. El problema era que, en el patio, suelo estar con unos (el grupo se divide en dos subgrupos, por así decirlo) que se habían ido con unas muy pijas y sabía que no iba a poder soportarlo mucho tiempo, así que no me planteé ir con ellos. Lo que no entiendo es por qué no se van con ellas normalmente.
Empezamos a buscar un lugar para comer. Yo me había llevado comida, pero tres de ellas no. Buscaban una hamburguesería. Le preguntaron a una, disfrazada de pingüino, y nos dijo que fuéramos en una dirección. Seguimos sus indicaciones, y no encontramos nada. Fueron preguntando a más gente, sin embargo, no encontrábamos nada por ningún sitio, aparte de una pastelería o algo así. Al final decidimos dar la vuelta e ir a un Burger King que estaba en dirección opuesta, al cual todavía no sé por qué no fuimos desde el principio. Fue gracioso, porque no paraban de exclamar "¡nos ha engañado el pingüino!"
Después de que comieran, fuimos a ver tiendas. Yo me quedé alucinando de las reacciones que tenían a veces, cuando empezaban a decir que querían llevarse toda la tienda sin haber entrado siquiera. También fuimos a una pista de hielo, pero solamente miramos. Dos de ellas querían patinar, pero una no tenía dinero y la otra no quería ir sola (como siempre).
Hubo un momento bastante divertido al final, cuando comenzó a llover con mucha fuerza después de haber parado durante unos minutos, y una de las chicas dijo irónicamente que lloviera más. El temporal debió escucharla, porque fue decirlo y diluviar aun más. Volvió a decir algo por el estilo, y ocurrió lo mismo. Entonces dijo que era de broma o algo así, pero esta vez nadie hizo caso. Yo me puse a gritarle de broma, ¡cómo la lías!, y ella, ¡yo no la lío! Al final acabamos todos completamente empapados.
Cuando nos reunimos debajo de un techillo que había, algún gracioso utilizó un spray o algo parecido que olía muy mal, y teníamos que irnos de ahí porque el hedor era insoportable. El tutor acabó pillando el objeto y al bromista.
Algo que me llamó la atención fue que no dejaban llevar cadenas en los pantalones a quienes las tenían puestas. Creo que también dijeron algo de piercings y todo ese tema. A mí no me gustan especialmente, pero pienso que si alguien quiere llevarlos tampoco pasa nada, no está insultando ni haciendo daño a nadie, que yo sepa.
Hubo uno que estuvo viciado al Guitar Hero en la PSP en casi todo el viaje de ida y de vuelta. Se notaban un montón las horas de práctica. Lo que hace el aburrimiento.
¿Sabías que...?
Aun cuando se ha señalado que su argumento resulta entretenido para las audiencias, Death Note fue prohibido en China debido a que los niños modificaban sus cuadernos en semejanza al Death Note.
¿Sólo en China...?
La pregunta de hoy es:
¿Te gusta viajar?
Trust I seek, what I find in you?
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