viernes, 27 de noviembre de 2009

169. Tac

Aunque a menudo pienso o digo, qué suerte, o qué mala suerte, no pienso que exista realmente. Las casualidades sí; la suerte no. Me estoy acordando de que hoy en clase me ha preguntado que cuántos años de mala suerte te caían si rompías un espejo. Le digo, siete, y me dice, puff, enseñándome un espejo roto.

El de Biología nos quiere matar. El examen era a última hora. Lo empezamos a menos cuarto. 15 preguntas. Menos mal que la mayoría ya estábamos mentalizados, porque la otra clase lo había hecho a primera hora y en el recreo nos dijeron lo que entraba (no suelen cambiar los exámenes, son así de inteligentes). Pero el estar escribiendo casi sin parar desde que empezamos hasta las y veinticinco o y media no nos lo quitó nadie. Encima el profesor diciendo continuamente que ya sabíamos lo que iba a caer. Pues claro, el tema entero menos la última página. Hasta ahí llegamos todos. Una de las razones por las que no publiqué ayer fue porque estaba cansada de haber escrito tanto por la mañana.
Por el contrario, el de Francés quiere aprobar a todo el mundo, aunque luego no sepan decir ni salut. Al principio de la clase dijo que sólo entraban treinta palabras de todo el vocabulario. En el examen, ha dicho que copiásemos las treinta y eligiéramos las veinte que nos supiéramos. Es decir, todo el mundo con notazas habiendo estudiado media hora antes. Como alguien suspenda lo matamos.
No hubo un tercer examen. El de Lengua no vino, y el que lo sustituyó nos dijo que hiciéramos unas actividades para recogerlas al final de clase. Cuando se fue el profesor este, de pronto salta el del espejo roto con que se le ha olvidado entregárselas. Fue genial ese momento.

Hoy me he librado de hacer el trabajo de Educación Física por no poder hacer la sesión práctica. Le he preguntado si podía hacer algo alternativo y me ha dicho que sí, que el me comprendía, que no sé qué historias. El caso es que ha funcionado, afortunadamente. Por cierto, ¿la suerte y la fortuna no eran lo mismo? Aparte de la fortuna de riqueza, claro.

¿Sabías que...?
El esmalte dental es el mineral más duro del cuerpo humano, por estar compuesto por Hidroxiapatita. Está formado principalmente por material inorgánico.
http://es.wikipedia.org/wiki/Esmalte_dental


La pregunta de hoy es:
¿Es mejor tener muchos enemigos o no tener ningún amigo?

Si el cerebro humano fuese tan simple que pudiésemos entenderlo, entonces seríamos tan simples que no podríamos entenderlo.

1 comentario:

  1. Acá tampoco cambian los examenes los profes cuando tienen que evaluar a los 2 cursos. el problema es que con el otro curso solo tenemos 5 materias en común (y solo compartimos 3 profesores, incluyndo al de gimnasia).

    el esmalte dental es más duro que hasta los huesos? tiene bastante sentido...

    prefiero tener muchos enemigos, no se puede caerle bien a todo el mundo ;)

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