domingo, 11 de julio de 2010

320. Fail

En mi opinión, el mejor sería Júpiter, ya que es el más grande de todos, y podría albergar mucha más población que los demás. Por otro lado, Venus me parece interesante, aunque no sabría explicar muy bien por qué. Saturno también, por los anillos. Sin embargo, me quedo con el mayor.

Después de mucho sufrir (no, yo me reía con los gritos), hemos ganado. Por fin. Ya no habrá más agonía. El problema es que se pasarán meses hablando del Mundial, hasta que le borren el nombre.

Se comía bastante bien en el restaurante. Además, pasamos un rato de risas. Me quedé alucinando al ver que uno acaparaba toda la comida que los demás se dejaban. No sé cómo le cabía tanto. Poco antes de irnos, empezaron a jugar con unos guisantes, y una chica pintó una cara en un plato con algunos ingredientes. Es algo que yo nunca haría, pero no puedo negar que fue gracioso. Hasta le hicieron una foto a la cara.
Cuando terminamos, volvimos a la estación de autobuses de nuevo para quedar con más gente. Tardaron bastante en llegar, y entonces nos dijeron que habían ido a otro sitio a buscarnos a nosotros y a otros, pero no había nadie allí. Y menos mal, porque yo no tenía ganas de estar con el grupito con el que nos encontramos a la salida del centro comercial. Fuimos a una cafetería, y mi primo sacó por fin el Catán (Los colonos de Catán) de la bolsa para jugar. De todos los que estábamos, éramos cinco los interesados, y como el máximo era de cuatro jugadores, mi primo y yo formamos un equipo. Muy resumido, trata de conseguir recursos para construir poblados y ciudades, que dan puntos. El primero que llegue a diez puntos gana. Está bastante bien, aunque tenía pinta de ser bastante largo. En parte, creo que lo que ocurrió fue que el que iba ganando empezó a desentenderse del juego, y por eso se alargó la partida. Fue divertido, especialmente cuando mi primo negociaba con los demás y ellos no se daban cuenta de lo que nos estaban regalando. Ni siquiera la acabamos, porque decidieron ir a un pub. Por el camino, estuve charlando con mi primo, recordando los buenos momentos que pasábamos en verano, hace años, cuando venía unos días a mi casa y hacíamos tonterías, como el juego de las misiones. Qué nostalgia.
Me llamó la atención que en la puerta del pub hubiera un cartel en el que podía leerse "Prohibida la entrada a menores de 18 años", y sin embargo nadie preguntó nada. Se pusieron a jugar al futbolín, así que me fui bastante rápido, porque ya no pintaba nada allí.

¿Sabías que...?
El aye-aye (Daubentonia madagascarensis, antes Chiromys madagascarensis) es un primate estrepsirrino endémico de Madagascar, emparentado con los lemures. Su estrafalaria apariencia hace que se le considere el principal responsable del origen de la palabra "lémur", que quiere decir en latín "espíritu nocturno". El aye-aye es el único representante vivo de su género, familia (Daubentonidae) e infraorden (Chiromyiformes), lo que deja bien a las claras su extrema rareza. Sólo se conoce otra especie próxima al aye-aye, el aye-aye gigante (Daubentonia robusta), que se extinguió hacia 1920.


La pregunta de hoy es:
¿Te gustaría poder caminar sobre el agua si a cambio no pudieras sumergirte en ella?

I don't wanna be another one.

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