316. Tancia

Yo digo que existe uno, por la sencilla razón de que cada vez tengo un mayor convencimiento de que no existe nada infinito. No sé muy bien por qué, supongo que no es más que una especie de presentimiento. De todas maneras, sería genial que existieran universos infinitos. Por otro lado, si fuera así, ha de haber alguna posibilidad de que en, como mínimo, uno de ellos, los habitantes puedan viajar entre universos. ¡A ver si nos encuentran y nos cuentan el secreto!

No tengo ni idea de por qué se atraviesa. A lo mejor hay que imaginarlo en tres dimensiones, y uno está detrás o delante de otro. Lo de la BIOS, por lo que se ve, está escrito en una página importante de Habbo, así que no creo que sea mentira.

El cuento de ayer no lo escribí yo. Lo aclaro por si acaso. Es bastante conocido, en realidad.
Y, por fin, otro pedacito de historia. Esta vez sí que es mía. A ver si la adelanto un poco ahora, en verano, que tengo más tiempo libre.


Pasaron varios días más en el hotel. Por las mañanas, iban a algún lugar de la zona para seguir haciendo turismo. Por las tardes, intentaban conseguir que Claudia utilizara su poder voluntariamente, sin resultado. Un día, cuando la joven se despertó, Mark no estaba en la habitación. Se arregló un poco y fue a desayunar. Se lo encontró en la cafetería, y se sentó con él después de escoger su desayuno.
- Tenemos que marcharnos -dijo Mark de repente.
- ¿Marcharnos? ¿A dónde?
- A Keishu, la ciudad de la magia -respondió, bajando el tono de voz.
- ¿Keishu? -repitió, casi riéndose.- ¡Qué nombre tan raro!
- A mí no me preguntes, lleva siglos llamándose así. Nosotros ya hemos cumplido nuestra misión aquí, así que ya podemos irnos.
- ¡Espera! ¿Ni siquiera puedo despedirme de mi familia?
- ¿Y cómo piensas hacerlo sin revelarles lo que eres?
- Ya me las arreglaré, pero al menos he de hablar con mi hermanastra, ¡imagínate que se piensan que me has raptado o algo así! Ni siquiera yo estoy segura de lo que estoy haciendo...
- Está bien, está bien -cortó él.- No tardes mucho en despedirte y recoger todo. Yo te espero en la puerta del hotel.


¿Sabías que...?
Las piedras tradicionales del juego de mesa Go se fabrican de modo que las piedras negras sean ligeramente más grandes que las blancas, con el fin de contrarrestar una ilusión óptica creada por el contraste de colores que hace que las piedras blancas se vean sobre el tablero ligeramente más grandes que las negras.


La pregunta de hoy es:
¿Cuál es la mayor mentira que te han contado?

In my head, I hear your voice.